Contando días, demasiado deprisa

Durante mucho tiempo he de reconocer que he recurrido a esta forma de pensar a diario, para de algún modo motivarme para afrontar el día a día. Y es que yo he sido de esos, que cuando iniciaba el día y se encontraba desperezándose o preparándose en casa para salir a afrontar un nuevo día, me auto animaba pensando en «bueno, mañana ya es ..» como método de hacer de menos al día que apenas había dado comienzo con la esperanza ya puesta en el siguiente, o incluso en ocasiones con la vista puesta en el fin de semana.
Supongo que este recurso al que acudimos para auto-animarnos, viene recurrido por que nos encontramos en un estado de cansancio o de estrés elevado y ansiamos el paso de esos días rápidos para poder afrontarlos de mejor manera.
Pero cuan equivocados estamos, y yo el primero, pensado así. En mi humilde opinión y desde la voz de la experiencia, ya os digo que si esto sucede, lo primero que tenemos que hacer es pararnos a pensar por que nos sucede.
Seguramente estemos pasando por un cúmulo de estados de ánimos que nos lleve a pensar que si ya desde primera hora estamos pensando en el día siguiente este pasará mas rápido, pero tenemos pararnos y pensar, por que quiero que este día pase tan rápido?
En ocasiones es tan sencillo, como por ejemplo que al día siguiente es el inicio de nuestras vacaciones o de un evento o algo por el estilo, y en este caso no tendrá mayor calado en nuestro día a día.
El problema al que yo hago referencia es cuando recurrimos a este pensamiento a diario. Yo era de esas personas, y por eso se que habla con conocimiento de causa.
Yo en un momento de mi día a día, tuve que parar y pensar por que quería día tras día, que ese día fuera el siguiente, y de esta forma intentar solucionar o afrontar el problema para consciente de ello ya que no podemos recurrir a este pensamiento a diario.

En un estado normal, partiendo de la base que nos puede costar mas o menos el madrugar, o nos puede costar mas o menos el hecho de ir todos los días a trabajar, no tiene que ser este un motivo para desear que los días pasen rápidos, por que ya os aseguro que luego no podremos pararlo, y cuando llegue por ejemplo el fin de semana, tampoco lo podremos parar y el sábado estaremos pensando ya en el domingo al levantarnos, o cuando estemos de vacaciones y ya desde el principio estamos pensando o contando los días que nos quedan para finalizarlas, y claro esto no es sano. Pero no es sano en esos momentos de disfrute, como tampoco lo son cuando no se esta en estos momentos de «esparcimiento», por decirlo de alguna otra manera.
El día comienza y termina en uno y solo, no podemos pensar en su inicio en el que vendrá mañana. Una vez que iniciamos el día tenemos que afrontarlo, lo ideal es hacerlo con todas las ganas, pero bueno, también es normal que haya días en los que no sea así, pero igualmente tenemos que afrontarlo.
Hay que hacer por motivarnos todos los días, con sencillas cosas o con sencillos objetivos diarios, pero sobre todo que nos ayuden a disfrutar, dentro de lo que sea posible, al máximo del día que empezamos.
He de confesar, que yo aun recurro a otro pensamiento a veces al despertar, pero procuro cancelar ese pensamiento de inmediato.
Quizás también la edad me ha llevado a darme cuenta de lo malo que es querer que pasen los días volando, por que si, pasar pasan, pero lo que tenemos que tener en cuenta, es que una vez que pasan no podemos recuperarlos.
Hay ocasiones que tenemos que auto recordarnos que este segundo, de este minuto, de esta hora, de este día, de este mes, de este año, ya no va a volver a existir, que es único, y se que parece algo muy místico, pero es así. Y ya os digo que es algo que quizás tenemos que recordarnos de vez en cuando.
No quiero que esta entrada de hoy suene a «tienes que vivir el día a día» o recordarnos eso que solemos pensar cuando despedimos a alguien que nos deja y nos decimos «tenemos que vivir el día a día, que la vida se termina». Pero si quiero que suene a que hay momentos en los que nosotros mismo tenemos que ser conscientes que si estamos constantemente teniendo un pensamiento algo negativo, o casado de monotonías o de días iguales, solo nosotros podemos hacer por cambiarlos, y, en muchas ocasiones no hace falta mas que un mínimo cambio o incluir en nuestro día a día una nueva rutina o un nuevo aliciente, para que esa sensación de «el día de la marmota» desaparezca.
Y es que de repente te plantas en una edad, en la que no quieres que los días pasen tan rápidos, pero sobre todo, lo que no quieres es que los años pasen tan rápidos, y para ello, solo nosotros tenemos la forma de lograrlo.

Deja un comentario